10 de marzo de 2014

Mi último discurso en la Cámara de Diputados



Señor Presidente:
Hoy llega un día especial y trascendente en mi vida, dejo esta Cámara de Diputados tras 24 años, en ejercicio. Me voy con la frente en alto y con la tranquilidad y esperanza de haber cumplido el compromiso que hice en 1989 cuando fui elegida por primera vez, el cual fue "Servir a nuestra Nación con toda mi capacidad, autenticidad, lealtad, rectitud y honradez" y por otra parte siento la tristeza al experimentar la incertidumbre de que mis ideas, valores y principios plasmados en cientos de proyectos, que quizás nunca serán una realidad, muchos de ellos  que considero importantes, aún están en trámite.

Soy una mujer privilegiada y agradecida de los desafíos que he debido  enfrentar. He tenido momentos inolvidables en mi vida política. Mi doble Presidencia en la Comisión de La Familia donde hemos aprobado importantes proyectos para la mujer y de sus familias, la defensa de la vida del que está por nacer y los derechos de los niños de nuestro país. El orgullo de haber sido la primera mujer Presidenta de la Comisión de Defensa, lo cual me permitió conocer el profesionalismo, eficiencia y patriotismo arraigada en el alma de las Fuerza Armadas y de Carabineros de Chile, visitar sus bases en la Antártica, su desempeño en la Frontera Norte, su entrega a los más desposeídos en Haití y en el resguardo de nuestra seguridad. Tuve la oportunidad de participar en las complejas e incomprendidas materias relacionadas con el resguardo del orden público, y en la defensa de la dignidad y derechos humanos de estos nobles y sacrificados servidores públicos, al igual que el de todos los chilenos.

Hoy el escenario es diferente para mí, las etapas se cumplen y los ciclos se deben aprender a cerrar. Son tiempos de cambios donde hay que dar un paso al lado y abrir espacio a los que vienen. Siento la tranquilidad del retiro. No sé como enfrentaré el día a día del futuro que se aproxima, ya que no tendré la demanda de mi tiempo y ni la dedicación con que serví todos estos años, sin embargo ello no me alejará de la política, ni de mi compromiso para con los demás.

El nuevo parlamento junto con las nuevas  generaciones tendrán la enorme responsabilidad de resguardar el futuro y el gran progreso logrado en todos estos años especialmente por este último,  nuestro gobierno. Sobre ellos recaerá la tarea de defender a nuestra Patria, a la familia y cada ser de esta tierra. ”Defender y amar a Chile es un compromiso y un deber”.

En esta ocasión quiero agradecer a tantas personas de este parlamento que me han entregado su cariño, su respaldo, y su ayuda. A mis colegas de partidos, hoy la UDI y anteriormente RN, a muchos parlamentarios y parlamentarias de las otras bancadas, a todos les deseo el mayor de los éxitos en este nuevo periodo que comienza, como así también a los nuevos parlamentarios que se integran, les deseo lo mejor. Recuerden que siempre hay alguien que los necesita y que confía en ustedes. Vivan cada momento en alegría y humildad, sean realmente auténticos y nobles de corazón.

A todos los funcionarios de este congreso igualmente gracias por su trabajo, su cariño y por el acogimiento que siempre me dieron y que indudablemente extrañaré cada día.

Por sobre todo a mi distrito quienes confiaron en mi por tantos años, quienes me tendieron una mano  y me eligieron durante 6 períodos con la primera mayoría. A mis vecinos de La Reina donde viví por más de 20 años y a los vecinos de Peñalolén de quien fui su primera alcaldesa y fundadora en 1984. A ellos me debo, no los olvidaré nunca y mi compromiso es seguir siempre cerca.

A mi equipo de trabajo que por tantos años han entregado lo mejor de cada uno de ellos con lealtad, entusiasmo, e incondicionalidad, estando a mi lado en todo momento y en especial en las instancias más difíciles.

No puedo dejar de agradecer especialmente a mi familia por haber comprendido mi vocación, a pesar de que ello significó alejarme, más de los que hubiésemos querido. A mi madre, a mi esposo Julian que ya no está en este mundo, y en especial a mis hijos que muchas veces han sufrido el costo de tener una madre política y de derecha, con todo lo que ello conlleva.

Doy gracias a Dios por las oportunidades que me ha dado, la posibilidad de haber realizado un sueño de niña que no busqué y que llegó a mi vida sin pensarlo y en el mejor momento, trabajando en el servicio público, por los demás, especialmente los más necesitados, lo que fue y será mi vocación de siempre.

Que Dios los bendiga.

He dicho, Señor Presidente.

2 comentarios:

Hunter dijo...

Lamentable que una gran dama, de una lealtad a toda prueba, algo muy difícil de encontrar en estos tiempos, deje la política
Suerte y éxito en los nuevos caminos que emprenda.

Anónimo dijo...

Vieja dos caras, lesbiana que paga servicios sexuales de noche y política conservadora de día...