Santiago,
19 de noviembre de 2012
Señora
Judith
Schönsteiner
Directora
del Centro de Derechos Humanos
Universidad
Diego Portales
Presente
De
mi consideración:
En
relación con su carta de fecha 15 de noviembre pasado, mediante la cual hace
referencia a mis declaraciones vertidas durante la Sesión Ordinaria del 14 de
noviembre en la Cámara, por considerarlas “serías, injustificadas y falsas”,
debo señalar que considero inaceptable sus comentarios y observaciones toda vez
que me he remitido a comentar lo que expresó la prensa, en relación al “Informe Anual” del Centro que UD.
dirige; todo lo cual complementé al leer el propio informe.
Sin
perjuicio de ello debo precisar lo siguiente:
1)
En relación al punto 1) relativo a que confundo el Centro que Ud.
dirige con otras unidades de la UDP.
Efectivamente,
estoy consciente que son varias las instituciones y organismo relacionados con
los Derechos Humanos en Chile actualmente existente en nuestro país y así lo
expuse en mi intervención.
Así, están
el Centro de DD.HH. de la UDP; el Observatorio de DD.HH. de la UDP; el Centro
de Derechos Humanos Universidad de Chile; el INDH, entre otros, quienes se
caracterizan por el carácter parcial e
ideologizados en sus líneas de investigación y opinión, sin resguardar los
Derechos Humanos de todos los ciudadanos de este país.
Basta con
leer sus informes, declaraciones, participaciones y otros, generalmente con un
permanente cuestionamiento y crítica a todas aquellas materias que tienen algún
arraigo en los valores tradicionales en nuestro país y con propuestas agresivas
contra el orden establecido.
2)
En relación al punto 2) de su carta, relativo a que habría
sostenido que Uds. defienden el vandalismo y a los violentistas,.
Efectivamente, después de leer
las numerosas páginas sobre la materia, no encontré ningún reproche a los
violentistas y vándalos, que aprovechándose de las circunstancia, destruyen
todo lo que encuentran atentando contra el orden público.
Por otra parte, el informe
contiene numerosas críticas al Poder Ejecutivo, a Carabineros de Chile y otras
autoridades, así como a la legislación vigente en la materia (por ej. El DS.
1086 del año 1983) con opiniones y comentarios absolutamente parciales y
demostrando una clara inclinación, son la tónica del Informe en comento. En
relación al proyecto de ley del ejecutivo sobre el resguardo al orden público”,
ingresado al Congreso el año pasado, se sostiene que se trata de “ un proyecto de ley que no tiene otro
objetivo más que responder con criminalización, aumento de penas y nuevos tipos
delictuales a las demandas de la ciudadanía”. (Ver pag.247)
Y así sigue
el informe con otras afirmaciones y comentarios, todos analizados de un prisma
parcial, exponiendo como en Chile ha sido la actuación de las autoridades
frente al ejercicio del derecho a la Protesta Social, a la libertad de
expresión y finalmente el derecho de reunión, olvidando que en Chile hubieron
más de 1.600 Carabineros heridos y ninguno de los que atentaron contra el orden
publico condenado.
3)
En relación al punto 3) de su carta, la Sra. Judith Schönsteiner,
señala lo siguiente: “se insinúa que queremos terminar con la Institución de
Carabineros de Chile”.
Al respecto y
ante tanta critica y cuestionamientos permanente, me hago la pregunta: Qué es
lo que quieren hacer? ¿Quieren
terminar con la institución de Carabineros
de Chile? ¿Quieren que Carabineros
de Chile no defienda el orden público? ¿Quieren que Carabineros no defienda
a la ciudadanía frente a los actos de violencia?
Pasando al
Informe propiamente tal, en lo relativo
a Carabineros de Chile, el nombre
del capítulo por sí solo, “Violencia
Policial” es tendencioso y descalificatorio para una gran Institución con más
de 85 años al servicio de nuestro patria. Para una Institución que, conforme a
las encuestas tiene el mayor apoyo de la ciudadanía siendo además la que genera
mayor confianza.
En él, se
dedican más de 30 páginas a cuestionar el actuar de Carabineros de Chile. Los acusan de falta de modernización, déficit
democrático y operativo, olvidando los enormes esfuerzos que ha desplegado la
Institución para la mantención del Orden Público y protección de los DD.HH de
todos los chilenos.
En la pág.
273 si bien se reconoce el apoyo de la ciudadanía a Carabineros, igualmente la
cuestionan y la minimiza, al señalar que si bien “Históricamente, Carabineros de Chile ha liderado, junto a las radios,
el ranking de las instituciones que generan más confianza en la población. Sin
embargo, durante 2011, y producto de la notoriedad pública de ciertas
situaciones abusivas, la policía militarizada sufrió una de las caídas más
importantes.” ……..”La caída en la
imagen pública de esta institución se debe, en nuestra opinión, al menos en
parte, al grado de notoriedad y conocimiento público que han adquirido
numerosas situaciones de abuso policial.”
Se sostiene
que “A pesar de que han existido algunos
avances en relación a Carabineros, como la modernización de su planta y el
cambio de dependencia administrativa (desde el Ministerio de Defensa al
Ministerio del Interior y Seguridad Pública), todos los cambios han sido
externos, lo que ha reforzado la “cultura autárquica”, característica de varias
policías en América Latina. Lo que sigue estando pendiente, desde la
recuperación de la democracia, es un proceso mayor de reforma institucional que
haga de la institución de orden y seguridad una institución más transparente,
efectiva y respetuosa de los derechos humanos” (pág. 274.)
4)
En relación al punto 4 ) relativo a que habría sostenido que el
Centro de Derechos Humanos avala una supuesta “agenda” del Instituto Nacional
de Derechos Humanos, mantengo mis dichos y reitero que es un hecho indiscutido
que ambos realizan numerosas actividades y trabajos en forma conjunta,
manteniendo planteamientos afines.
Prueba
de que avalan la agenda del INDH, tenemos el Proyecto desarrollado durante el presente año, para fortalecer la defensa de los derechos humanos en regiones de Chile por ambos, junto a la Corporación Innovación y
Ciudadanía de la Universidad de los Lagos. Y así existen otras iniciativas. (Ver pág. de
noticias de la UDP) y numerosos convenios de cooperación entre ambos.
Concluyo la presente, señalando que es lamentable que el Informe
Anual transmita en todas sus partes, una opinión tan negativa de nuestra
realidad social, culpando permanentemente al Gobierno Militar e ignorando que
la Concertación gobernó veinte años y para quienes no hay cuestionamientos ni
críticas.
En ninguna parte se
reconocen los avances de nuestro Gobierno a favor de los DD.HH. de los más
desprotegidos como el ingreso ético familiar, la ampliación del acceso a las
salas cunas, subsidios de vivienda a la clase media y la ampliación de las
viviendas sociales, entre otros, todos derechos humanos por cierto. Tampoco se
reconoce que es el Gobierno que más recursos ha otorgado a las Instituciones relacionadas
con los Derechos Humanos.
Ninguna mención
tampoco se hace a los Derechos Humanos de los Carabineros y sus familias, que
viven en permanente angustia, temiendo que sus padres o esposos puedan ser
heridos o simplemente morir en el cumplimiento del deber. Tampoco nada se dice
de las víctimas.
Es por estas y otras
razones que no alcanzo a desarrollar, que el citado informe pierde credibilidad. Para que
un organismo se prestigie frente a la comunidad, debe evitar privilegiar a
ciertos grupos por encima de otros, emitiendo informes con suficiente
independencia y autonomía, protegiendo y promoviendo los DD.HH. de todos los
chilenos.
En cambio, con esta
perspectiva y enfoque de los DD.HH., se deja a miles de chilenos fuera, lo que
sin duda no es democrático, privilegiando su mirada parcial.
Sería interesante
saber cómo se resuelven en su país los disturbios que se producen en las
manifestaciones sociales y cuál es la legislación vigente al respecto.
Atentamente,
M. Angélica Cristi
M.
Diputada de la
República
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