MARÍA ANGÉLICA CRISTI
REVELA SU
PASADO COMO MODELO EN JAPÓN
Las Últimas Noticias 9
Septiembre 2013
A
finales de la década de 1960 ya había señales de que en Chile la cosa se
vendría movida en los años posteriores. "Mi marido fue un
visionario", es lo primero que responde María Angélica Cristi cuando se le
hace una de las preguntas más repetidas por estos días a quienes vivieron la
época de la Unidad Popular: ¿En qué estaba usted para el golpe militar?
Julián
Morrison se desempeñaba como gerente de la J. Walter Thompon Company, la
empresa de publicidad más importante del mundo por esos años. "Él se dio
cuenta de que la cosa se venía mal. La economía no estaba bien en Chile y las
empresas los primeros gastos que comenzarían a recortar serían los gastos en
publicidad", recuerda la diputada UDI, quien siguió a su marido a la
aventura más exótica de su vida. "En vista de ese escenario complicado él
pidió traslado a Japón, donde vivimos entre 1970 y 1973. Posteriormente nos
fuimos a Estados Unidos".
¿Por
qué tan lejos? "A mi marido le ofrecieron reestructurar las oficinas de la
compañía en Tokio, así que sin pensarlo mucho partimos para allá. Reconozco que
yo no quería ir, porque acá tenía mi vida armada", relata y cuenta cómo
sobrevivió a una cultura totalmente ajena a la nuestra, la que la enfrentó a
desafíos que jamás imaginó. "Yo hablaba inglés, pero no me servía de
mucho, así que por un cuento de sobrevivencia aprendí japonés en seis meses.
Nunca había estudiado tanto en mi vida, practicaba hasta en los
semáforos".
En
eso estaba, aprendiendo japonés, cuando acompañó a una amiga que se hizo en
Tokio a su lugar de trabajo. "Como que me da un poco de vergüenza contar
esto, pero trabajé de modelo en Tokio. Aunque me pagaron, igualmente lo habría
hecho gratis, porque me sirvió para entretenerme e ir insertándome en su
cultura".
-Había
escuchado cosas freak y la historia de la diputada que llegó a ser modelo en
Japón. Cuénteme más.
-La
gente de la agencia donde trabajaba mi amiga, que era modelo, se fijó en mí
porque en esos años en Japón no era fácil encontrar a una mujer con mis rasgos
latinos, así que me ofrecieron si quería trabajar para ellos y yo acepté.
-¿Modelo
conocida, celebridad en Tokio?
-Nooo,
imagínate, en una ciudad de doce millones de personas no me iban a reconocer.
Además, no existían los medios y las tecnologías de la información de hoy en
día. Bueno, igualmente hice hartas labores. Me tomé fotografías para portadas
de discos de música latina que llegaban por allá, fotos para avisos de té y
modelé ropa.
-Interesante,
¿y en qué más la rompía en Japón?
-Me
acerqué mucho a la cultura y el arte nipón, el que uno piensa que es similar al
de China, pero nada que ver, podría decir que menos recargado de elementos.
Aprendí bastante de ese país, de su gente muy educada y de su idiosincrasia.
Con el tiempo aprendí a querer a ese país y tener una vida muy normal. Incluso
tuvimos una pequeña casita muy típica japonesa en un balneario cercano a Tokio.
También pude viajar a varios países de la zona, Tailandia, Corea, en tiempos
que en Chile era impensado. Fueron años muy bonitos.
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