Discurso de homenaje a la ex Primera
Ministra británica
Margaret Thatcher.
M. Angélica Cristi M.
Diputada
Congreso Nacional
Sesión 23º
miércoles 8 de Mayo de 2013.
Señor Presidente.
Es un honor para mí representar a la Bancada de la
Unión Demócrata Independiente en este sentido y merecido homenaje a la ex
primer Ministra Británica Margaret Thatcher, la mujer que cambió la
vida de los británicos y el accionar político en el mundo.
No es fácil resumir su inmenso legado en su vida
política. Hablar de Margaret
Thatcher es hablar de una de las principales personalidades políticas del
último siglo, la líder femenina más influyente de los últimos tiempos.
Margaret
Roberts -que era su apellido de soltera- nació el 13 de octubre de 1925, en
Grantham, al este de Inglaterra, en el seno de una familia tradicional, cuyos
padres, Alfred y Beatrice, profesaban la fe metodista.
Desde
pequeña mostró grandes dotes intelectuales, que le valieron el ingreso a la
carrera de Química en la Universidad de Oxford, una de las más prestigiosas del
mundo, donde se graduó con honores en 1943.
En
diciembre de 1951 se casó con el empresario Denis Thatcher, con quien tuvo, a
sus dos únicos hijos, los mellizos Carol y Mark.
En
1953, se recibió de sus estudios en Derecho, especializándose en temas
tributarios.
Si bien en un comienzo no le fue fácil hacerse un
espacio, fundamentalmente por ser mujer y por los prejuicios de una sociedad que
en que la vida pública parecía ser patrimonio exclusivo del hombre, a poco
andar logró ir derribando barreras culturales y consolidarse como una líder
natural de su sector.
Su primer cargo político fue el de Subsecretaria de
Pensiones, durante el gobierno del Premier Harold Macmillan (1957-1963). En
1964, ya en la vereda de la oposición, se integró al equipo de Edward Heath,
quien en 1970 ganaría las elecciones generales, marcando el regreso de los
conservadores al poder. Thatcher sería nombrada Ministra de Educación y Ciencia.
Una de sus frases célebres la pronunció en 1973 ante
las cámaras de televisión, cuando consideró muy improbable presenciar durante
su vida el ascenso de una mujer como Primera Ministra. Ironías del destino…
El
apodo de “La Dama de Hierro”, con que se hizo célebre la ex Primera Ministra
británica Margaret Thatcher, tuvo su génesis en 1976, al poco tiempo de ser
nombrada líder del Partido Conservador, cuando advirtió en un discurso público
respecto al creciente poder militar de la Unión Soviética.
En
aquella alocución, Thatcher afirmó también que el comunismo solo podía aspirar
a ser una superpotencia en un sentido militar, pues en términos económicos y
humanos, había demostrado su fracaso.
La
reacción de la embajada soviética en Londres no se hizo esperar y en Moscú se rechazó
la intervención de la ex Premier, calificándola de “hostil”, a la vez que el
Diario Oficial del Ministerio de Defensa de la Unión Soviética la bautizó desde
entonces con el apelativo que le acompañaría durante toda su vida pública, “La
Dama de Hierro”.
De todos modos, se dice que a Margaret Thatcher le
agradó este sobrenombre, que incluso inspiró la reciente película protagonizada
por la actriz Meryl Streep (“The Iron Lady”, de 2011), la cual fue vista por
millones de admiradores en el mundo entero.
En octubre de 1984, sobrevivió a un atentado con una bomba
perpetrado por el Ejército Republicano Irlandés (IRA), durante la Conferencia
del Partido Conservador, que se celebraba en un hotel de la localidad de
Brighton. El incidente dejó como saldo cinco personas muertas y 34 heridas.
Pese a la gravedad del hecho, Thatcher no quiso dar
señales de debilidad ante el terrorismo y desechó la idea de suspender la
convención. Es más. Al día siguiente del ataque, en una muestra sin igual de
valentía y determinación, pronunció un encendido discurso, tal como tenía
agendado con antelación.
Forjó un Reino Unido Moderno. Aplicó transformaciones que
dieron inicio a una nueva economía británica. En materia económica,
siempre fue coherente con sus convicciones, mostrando una firme determinación
para estimular la iniciativa privada, rebajar impuestos y conducir con
austeridad las políticas de gasto social.
Gran defensora de la libertad, sus medidas promovieron
la capacidad de emprendimiento de las personas, en desmedro del exceso de
burocracia y las trabas a la innovación. Resguardó las libertades y derechos
individuales, y potenció a la clase media, de su país, quienes fueron el gran
motor del cambio social.
La privatización
de las industrias nacionales; la reforma a los sindicatos laborales; la
disminución de los impuestos; y la adopción de medidas de austeridad en el
gasto social, que contribuirían significativamente a reducir la inflación del
país, recuperando así el prestigio que su país
había perdido en décadas anteriores.
En ningún momento vaciló al aplicar tales medidas, aun
cuando acecharan las críticas y sus determinaciones carecieran de todo
populismo. Tuvo que enfrentar tiempos difíciles y no exentos de controversias,
siempre salió airosa.
Margaret Thatcher formó parte de un grupo de líderes mundiales
que marcó un antes y un después en el orden político mundial, impulsando
relevantes transformaciones.
Su actuación, junto al ex Presidente estadounidense
Ronald Reagan; al entonces Secretario General del Partido Comunista soviético,
Mijaíl Gorbachov; y al fallecido Papa Juan Pablo II, le permitieron ser un
actor vital en el desenlace de la Guerra Fría, escenario que marcó la segunda
mitad del siglo pasado.
Paso
de ser la líder inclemente con sus rivales soviéticos a ser un punto de apoyo
para Gorvachov, quien el día de su fallecimiento declará “Fue una gran política
y una persona brillante. Quedará en nuestros recuerdos y en la historia.”
Consecuente
en su lucha contra el comunismo adquiere el firme compromiso de respaldar el
proceso de unificación alemán imponiéndose por sobre el escepticismo que
mantenía el entonces mandatario francés Francoise Mitterand, e influye en forma determinante en la caída del Muro de
Berlín y la Cortina de Hierro, permitiendo así que miles de seres humanos se
reencontraran física y espiritualmente con su pueblo, con sus raíces y por sobretodo con sus familias quienes por
más de 40 años se habían visto obligadas a una desgarradora e involuntaria separación.
Tras
la caída del Muro de Berlin, demostró toda su sapiencia política, intuyendo las
dificultades que podría sobrevenir en Europa y manifestando públicamente la
necesidad de que los cambios, en curso, se realizasen en forma gradual, de
manera de facilitar la inducción a la democracia de los habitantes de Alemania
Oriental.
El fallecido periodista británico William Rees-Mogg,
editor del periódico ‘The Times’, la calificó como “la última Primera Ministra
británica en desempeñar algún papel relevante en la disputa mundial, gracias a
su inagotable fuerza de voluntad.
Si bien fue la primera mujer en llegar al número 10 de
Downing Street, Thatcher nunca enarboló el feminismo como reivindicación de
género, sin embargo tenía plena conciencia del valor agregado que significaba
ser mujer al momento de tomar decisiones en política, tal como lo reflejan
algunas de sus más recordadas frases, que la retratan de cuerpo entero, con su
franqueza habitual:
“Si quieres decir algo, pregúntale a un hombre. Si
quieres hacer algo, pregúntale a una mujer”;
“Puede que el gallo cacaree, pero es la gallina la que
pone los huevos”;
“En cuanto se concede la igualdad a la mujer con el
hombre, se vuelve superior a él”
“No soy una política de consenso. Soy una política de
fuertes convicciones”.
En
1979, al asumir como Primera Ministra retoma vínculos con Chile. En su relación con el gobierno militar, se establece
un estrecho vínculo amparado en la similitud de convicciones económicas y
sociales del
Gobierno del ex Presidente Augusto Pinochet. Esta relación se hace más estrecha
aún tras el conflicto bélico entre Reino Unido y Argentina, en defensa de la
soberanía Británica de las Islas Malvinas, en el año 1982, la cual se ve
amenazada tras 149 años de administración Inglesa ininterrumpida.
Margaret
Thatcher escribió dos veces a Tony Blair para pedir la liberación del ex
General Pinochet y realizó gestos de apoyo explícitos frente a
la prensa en apoyo a su amigo.
Tras
su liberación, Thatcher expresó que “su retorno a Chile ha asegurado que los intentos
españoles de imponer un colonialismo judicial han sido rechazados”.
Un
dato que grafica la relación entre Thatcher y Pinochet, fue que cuando
despegaba el avión para traer al ex general de vuelta a Chile, la ex ministra retrasó su salida para poder
despedirse.
En
1990 Aceptó renunciar a su cargo siendo reemplazada por el líder del
partido, John Major. Dejó la Cámara de los Comunes en 1992, y tras
quedar con el cargo vitalicio en la Cámara de los Lores, siguió dando discursos
y conferencias en todo el mundo, incluso el año 1994 en nuestro país, periodo
en el cual fundó la Fundación Thatcher, con la que busca promover la libertad
política y económica, especialmente en los ex países de la Unión Soviética.
En
aquella visita, al igual que en Londres, tuve una vez màs, la gran oportunidad
de compartir con ella algunos minutos y evidenciar su gentileza, femineidad, distinción
y firme personalidad. Una mujer que nunca pasó inadvertida.
Margaret Thatcher poseedora
de un liderazgo innato e inquebrantable, deja un legado al mundo y a las
futuras generaciones, que transcenderá por su entereza, valentía, rectitud,
lealtad, y consecuencia política, valores y principios que se plasman y
contribuyen al desarrollo de una sociedad.
Al retirarse de la
vida pública a partir de 2002, dijo “Nos vamos de Downing Street” por
última vez después de 11 años y medio fantásticos, y estamos contentos de dejar
el Reino Unido convertido en un Estado mucho, mucho, mucho mejor que cuando
llegamos.
Su reciente fallecimiento, el pasado 8 de abril, ha
generado un tremendo impacto a nivel mundial, siendo una muestra palpable de su
estatura política, perpetuándose en la memoria de sus compatriotas y del mundo
entero, lo que le valió que el 17 de
abril pasado, Gran Bretaña, la despidiera con una solemne ceremonia Militar y
funeral de Estado.
Fue sobrio y patriótico como ella quiso, en la
imponente Catedral de St. Paul, con 170 países representados, la acompañaron
todos los ex Primeros Ministros vivos.
Las tres Ramas de las Fuerzas Armadas y toda la
familia Real encabezada por su Majestad La Reina Isabel II. Ceremonia que no se
realizaba desde el fallecimiento de ex Premier Sir Winston Churchill en 1965 y
el funeral de Lady Diana de Gales.
Digno adiós para una Mujer Británica de origen humilde
que gracias a su esfuerzo de superación personal, llegó a gobernar
magistralmente a su país y prestigió a la política británica y mundial.
3 comentarios:
EXTRAORDINARIO DISCURSO (Así con mayúsculas) Felicitaciones Diputada, no podría haber sido mejor y más completo en todos los conceptos.
Cariñosamente
Hugo Norsa Barbaglia
Gran reconocimiento a quien fue, una vez más, gran amiga de nuestro país, como históricamente lo ha sido el pueblo británico.
Merecido y excelente homenaje a una verdadera estadista que mostró siempre su aprecio hacia Chile y a la figura del general Pinochet
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